Porque el restaurante madre tierra pasaba por una situación crítica por su falta de posicionamiento y reconocimiento de marca, por una ubicación difícil y poco visible, en una zona comercial donde los establecimientos cerraban y por una falta de ventas que hacían difícil su supervivencia.
Un cambio de 180 grados creando un nuevo concepto de restaurante franquicia: Nuevo nombre y nuevo logotipo. Colocamos muuuuchas vacas de color naranja que se convirtieron en la seña de identidad del local. Se reposicionó el negocio de una manera clara y sencilla identificando el mix de calidad / precio como el principal atractivo para el consumidor y se crearon elementos de comunicación muy creativos y únicos